Después de cuatro largos años enteramente consagrados al cultivo de una relación romántica exclusiva y monógama -en lo que a mí respecta ya no puedo dar fe por la otra parte involucrada- debo reconocer que he perdido un poco el tacto y la habilidad a la hora de hacer algún tipo de acercamiento a algún ser humano del género femenino que encuentre mediana y razonablemente atractivo.
Falta de práctica digo yo, que soy como aquel matador que se enfrenta nuevamente a su enemigo en la arena luego de una parón de aproximadamente 5 años en los que ni vio siquiera actividad en una tarde en alguna feria de la temporada americana. No considero de ninguna manera igualmente peligrosa el enfrentarse a un toro de lidia enorme a la difícil situación que representa el plantearle conversación inteligente, divertida y sofisticada a una mujer ya que esto último es MUCHISIMO MAS RIESGOSO Y DELICADO en MUCHISIMOS niveles.
El Torero en su regreso, envalentonado con la magia que aporta la vestimenta casi pirotécnica de un profesional de la fiesta brava, algo rígido y sin la comodidad que ofrece la repetida practica de la lidia le plantea faena al animal, hace el ridículo frente a algunos cientos de personas, recibe silbatinas y uno que otro insulto y al final resbala en su intento de ganar al publico colocando banderillas, el toro le atraviesa la femoral, se desangras en la clínica de la plaza, muere de camino al hospital y finito!
Uno, en cambio, vuelve al mercado este de las pasiones y romances, al Wallstreet de las relaciones (Entiendase Universidad), a donde muchos padres envían a sus hijas a conseguir marido y vestidas sin duda para lograr el objetivo antes del primer parcial, uno ve una chica que le gusta y es ahí cuando empieza lo desagradable ya que, si bien un toro puede embestir hasta matar inmediatamente, una mala experiencia a la hora de intentar hacerte con una mujer te puede dejar (almenos a los sensibles como yo) asistiendo a psicoterapia de aquí hasta unos 50 años en el futuro, con miedo a las relaciones y cuando menos lo esperes podrías acabar alimentando a 5 gatos a los que llamas tus hijos.
Ya cuando uno fijó la mirada en una mujer en especifico y al creer contar con razones más profundas que su carita, su cintura, sus hombros descubiertos, su cuello largo, sus piernas firmes y hasta lo que usa al sentarse junto a lo que servirá para proveer del primer alimento de sus hijos (no me refiero ni al pupitre ni a la leche en formula de la maternidad) para sentir que la atracción primero vale la pena y segundo es “legitima” viene lo más complicado; ¿qué hacer al respecto?